miércoles, 11 de septiembre de 2019

DIAMANTE NEGRO - Acatraz 06.09.2019


La banda argentina tributo a Kiss, se dió el lujo de recrear completo el primer recital que los estadounidenses realizaron en nuestro país, allá por el año 1994. 25 años después, Diamante Negro hizo sonar todo el repertorio de aquella noche, ésta vez en el Auditorio Acatraz de Capital Federal, el pasado viernes 6 de septiembre.


No era una fecha más para los músicos argentinos que homenajean a la banda de Paul Stanley y Gene Simmons, en su etapa donde los característicos maquillajes habían quedado interrumpidos por más de una década. La propuesta era ambiciosa: recrear de manera completa, el legendario primer show de la banda en nuestro país. Hecho que sucedió 25 años atrás en el estadio River Plate, exactamente el 3 de septiembre de 1994, y el cual entre los fanáticos, se celebra como el "Día del Kissero argentino". Luego de tres meses de ensayos, Diamante Negro se pondría a prueba, con tamaña representación de un histórico espectáculo. 

La oportunidad de abrir el evento fue para Reason To Live. El grupo formado por Mariana De Lorenzo (guitarra y voz), Thomas Denegri (guitarra líder y voz), Chino Pennisi (batería) y Hernán Moon (bajo), tuvo una presentación algo accidentada. Desde un principio, la cantante principal mencionó que había pasado recientemente por una operación que le impedía desempeñarse correctamente en las voces. Es por eso que, tuvieron la idea de traer invitados para suplir esta situación. Emanuel Delmonte (Diamante Negro), sería quien rompería el hielo, para que más tarde, también subieran Julio Caffaro (Gene's Adiction), Arik Krist (Live to Win), y el pequeño Sasha Denegri, hermano menor de Thomas, en batería, en lo que terminó siendo una suerte de convención de artistas tributo. Todos juntos para apoyar la actuación. Si bien así y todo, el show tuvo varios desperfectos técnicos, fue bueno descubrir a éstos músicos en cofradía.


Ya pasadas las diez de la noche, llegó el momento de Diamante Negro. Con la introducción de fondo, con la cual Kiss comenzaba aquella gira, Emanuel Delmonte (guitarra y voz), Pablo De Cristofaro (bajo y voz), Alexis Báez (batería) y Pablo Belucci (guitarra), posaron frente al público emulando a los músicos como en aquel momento, para más tarde sí, comenzar con "Creatures of the night" y "Deuce", como se esperaba. 


La puesta en escena, fue desde el primer momento, lo más llamativo del espectáculo. La banda trajo preparada como sorpresa la esfinge que era parte de la escenografía del River '94, pero ahora digitalizada, y con luces que destellaban por toda la sala. A medida que las canciones iban pasando, ésta enigmática figura fue cambiando de colores según la situación. También, en la pantalla se reprodujeron diferentes logotipos de la banda, fuego durante "Firehouse", y un ejército de soldados con los maquillajes de la banda cuando sonó "War machine". Estos detalles, acapararon la atención de todo el público. 


A los músicos se los vio muy enérgicos durante toda la presentación. Pero más a Delmonte, que encendido bailaba de a ratos, muy enganchado con la música, y a De Cristofaro, que corría de un extremo a otro del escenario, y arengaba en todo momento. Ambos, se destacaron en canciones como "Domino", "Lick it up", "Love It loud" y "Heavens on fire".

Por parte de Báez y Belucci, el mérito fue más técnico que escénico. Las canciones que menos había interpretado la banda, curiosamente fueron las que más fieles sonaron, como por ejemplo "Parasite" y "Unholy", donde estos músicos hicieron un gran trabajo.


Vale destacar que la lista de temas fue la misma y en el orden que la del show de 1994, donde por supuesto no faltaron, entre otras, "I was made for lovin' you", "Love Gun", "Detroit Rock City" y "Rock and Roll all nite". Ésta última, con otra sorpresa incluida, donde Emanuel Delmonte rompió una guitarra preparada para la ocasión, cerrando con broche de oro la presentación.

Un show prolijo y sin dudas satisfactorio, tanto para los músicos como para los fanáticos. Un sueño cumplido para Diamante Negro, y una celebración a la altura de las circunstancias. 

Por: Emiliano Delle Donne.

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